sábado, 31 de enero de 2015

LOS PIAPOCO,  EL GANADO Y EL HOMBRE "BLANCO"



Para esclarecer la relación cultural de los piapoco con respecto al ganado, es necesario comprender su concepto sobre el hombre "blanco" -su lugar en la Naturaleza-, mediante el concepto de umawali, y entender así el por qué del manejo inadecuado del ganado en una comunidad indígena. Este manejo cultural obedece a su concepción sobre los animales y la vaca como un ser que pertenece al mundo del hombre "blanco".


Umawali y el hombre "blanco".

Los piapoco se autodenominan Wenewika, palabra que significa nosotros, la verdadera gente; Wiazairita es otra denominación, y Wenewikaziwa, "la propia gente", concepto que abriga una idea de pureza. (Andrés Reynoso, Com. Pers.).


Al hombre "blanco" lo denominan Wawaimi, una clase de pez caribe de color plateado y forma alargada -Serrasalmus pingke- (FERNANDEZ YEPEZ, 1951). Esta denominación está relacionada con cierto rasgo antropofágico atribuido al "blanco", cuyo origen se remonta a la extracción de esclavos en el bajo Orinoco. Wawaimi está emparentado con Wowai, que en sikuani traduce "blanco".


En wawai-mi, la partícula mi, indica "sombra, rastro ó huella"; iwawa significa "corazón", órgano donde reside el espíritu. Wawaimi significaría una condición humana, un estado de ánimo del hombre "blanco" que señala su codicia por la tierra, las vidas y los recursos de los indios para su provecho.


Mawali ó Umawali agrupa los "seres encantados del agua", que habitan en el universo acuático, mundo paralelo al terrestre, pero invertido. Los raudales, ciertas rocas y puntos de los ríos y lagunas, configuran las puertas de entrada al mundo de los mawali. Una persona corre peligro de ser llevada por los Mawali cuando abusa de los recursos acuáticos, ó cuando infringe pautas alimenticias, por ejemplo, comer carne de monte y pescado al mismo tiempo.

La muchacha que tiene la primera menstruación debe observar ciertas normas: no comer pescado, encerrarse en la casa, no dejarse ver ni hablar con hombres, etc. Si quebranta estas reglas, Mawali se aparece como un hombre "blanco", que la seduce y la rapta mediante  pusanas, y cuando recobra el sentido, la muchacha se encuentra en el mundo de los Mawali, sin posibilidades de escapar.


Umawali se representa como un güío enorme, con cuernos de venado, el dueño de los caños y las lagunas, de los peces y los animales del agua. Es el yawirikaizi -abuelo- de las anacondas, los peces y las tortugas, y para pescar se requiere su permiso. Los mawali pueden adquirir formas de otros animales como la danta -Ematupi-, venado con cachos y la tonina ó de objetos inanimados -como el pudare- cuando vienen a la tierra.

Los Mawali viven en "ciudades bonitas" debajo del agua; allí hay "toda clase de mercancías" y tienen todo lo que existe en este mundo: canoas, motores, puertos, casas, conucos, etc. A diferencia de la gente, los Mawali no tienen ombligo -Maapuirinawi-, hecho que señala su desvinculación del mundo corriente de los humanos.

Los Mawali son de carácter maligno: envian vientos fuertes que voltean las canoas; escarban en los barrancos para llegar hasta la tumba de los muertos y llevárselos, etc. Para librarse de su influencia es necesario combatirlos con rezos y con el fuego, lo caliente. Consumir alimentos fríos atrae al Mawali.


Una persona raptada por un mawali puede volver con sus familiares si no consumió los alimentos que le ofrecieron. Sí regresa, muere al poco tiempo, adelgaza en forma paulatina y pierde el apetito; su espÍritu ya no van a Munineta yazu kaali -la tierra de los Muninetas- ó "cielo", sino al pueblo de los Mawali, quienes han utilizado los servicios de un "dañero" para matarla. Sí Mawali está realmente enamorado, no le advierte a la persona sobre las normas alimenticias y está se queda para siempre en su mundo, en donde se transforma en uno de ellos.

En la época del árbol Kalíiawiri la danta, la lapa, los tucanes, el carpintero, el venado, los micos, etc, eran gente, seres en evolución. Ciertos episodios, hicieron que los Makabali convirtieran a algunos de estos seres en los actuales animales, de manera que, "unos quedaron como animales y otros como gente". El origen de la organización social en clanes, y comportamientos asociados como reglas de matrimonio y otras, se remontan a este suceso mítico.






Surgió así la distinción entre animales y seres humanos, entre naturaleza y cultura. Estos "animales" míticos (Queixalós, 1989, los denomina "animanos": de animal y humano), diferentes de las especies actuales, se constituyeron en los ancestros o yawirikai ("abuelo de los animales"). Estos "animanos" no eran seres terminados, perfectos.
En este mito se encuentra el origen de la "enemistad" entre los yawirikai -dueños de los animales- y la gente piapoco. Desde entonces, se requieren rituales de purificación para ir de pesca ó de cacería, cuya finalidad es la de no cometer excesos, de manera que el consumo de animales no atente contra la circulación de energía del orden natural.

En el ritual de cacería, el yawirikai le otorga la presa al cazador. El cazador debe "rezar" sus armas y su cuerpo para que el animal no lo vea, y abstenerse de mirar o reirse con una mujer que no sea la propia; de lo contrario, no puede capturar el espíritu del animal y éste huye.

Para los piapoco, el hombre -aunque diferente- forma parte de la Naturaleza, y como tal le debe respeto; no es el amo absoluto de la naturaleza y no debe atentar contra el orden natural del mundo.

La noción de animal no tiene un término específico en el idioma piapoco; cada especie se caracteriza en forma particular. La clasificación piapoco de los animales distingue entre: silvestres, Kuweezi, y domésticos, Wapira (nuestro animal); comestibles y no comestibles, Mazakeri (limpio) y Kazakeri (sucio); animales que comen carne y animales que no; animales de los árboles, del agua y del monte ó terrestres; animales piscívoros, herbívoros, omnívoros, etc.

Los animales domésticos Wapira (perro, gallinas, gato, pavos, etc) no poseen el espíritu de la clase de los kuweezi y/o kubai, condición que les permite convivir con la gente, y no son  objeto de consumo alimenticio. Son confiados a la custodia del hombre y llegan a ser parte de la familia, adquiriendo un nombre; las personas se encariñan con ellos, creando vínculos que impiden su sacrificio.

Los hombres "blancos", por el contrario, consumen indistintamente animales del monte o domésticos sin observar las debidas precauciones y rezos, y este hecho no les acarrea ninguna enfermedad. En cambio, cuando un piapoco transgrede un tabú alimenticio puede morir por diarrea u otro mal enviado por los Mawali. Los piapoco deducen que si al hombre "blanco" no le ocurre nada, entonces debe tener una esencia espiritual similar a Mawali, aunque no sean propiamente considerados como tales.


En la cosmovisión piapoco el hombre "blanco" tiene una categoría intermedia entre los animales y los Mawali. El ganado se clasifica con los animales del agua: el chigüiro, el perro de agua, el venado, los peces, etc. La vaca, paka, y el venado, tienen cuernos como el umawali. En las lagunas encantadas hay presencia de ganado: "En Cumaralito, en un año se murieron hartos pescados porque se escuchó el bramido de un toro en la laguna" (Hector Pérez, Laguna Colorada).

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